Se habla mucho últimamente sobre el hambre emocional o comer por ansiedad, spoiler: no son lo mismo.
La ansiedad es una de las tantas emociones que puede generar apetito o deseos de comer, sin sentir hambre fisiológica necesariamente.
Puede deberse a un conflicto emocional que no se está resolviendo de forma adecuada o, como ocurre muchas veces y lo veo a diario en la consulta, debido a restricciones alimentarias mantenidas por mucho tiempo, lo cual genera ansiedad respecto a alimentos "prohibidos", todo esto influenciado por la cultura de dieta.
Podríamos decir entonces que el comer por ansiedad es un tipo de hambre emocional, pero el hambre emocional no necesariamente se produce por ansiedad.
¿Cómo identificarlo?
Hay distintas señales que pueden indicar si sientes hambre emocional o hambre fisiológica:
✅ El hambre emocional se caracteriza por ser:
- De un momento a otro
- Causada por emociones
- Selectiva
- Urgente
- La comida no te satisface
- No te sientes tranquila luego de comer
✅ Mientras que el hambre fisiológica (estomacal):
- Aparece gradualmente
- Es causada por una necesidad fisiológica
- Cualquier comida te parece bien
- Puede esperar
- Sientes plenitud
- Te sientes tranquila luego de comer
Debes saber es que no hay un tipo de hambre que sea "mala" o a la que debas ignorar: es importante escuchar a nuestro cuerpo y, desde la consciencia, tomar la mejor decisión alimentaria para nosotras en ese momento (esto es algo que se logra con la práctica).
El hambre emocional es absolutamente normal porque somos seres emocionales. Solo se volverá conflictiva si se convierte en tu único recurso para lidiar con emociones displacenteras. Ahí reside la importancia de identificar las emociones que nos llevan a comer, para poder gestionarlas de manera saludable.
Nut. Javiera Vargas Franzmann
Nutricionista Integral especialista en Psiconutrición
